Diaspora, remesas e inmigracion
Por José Falck Zepeda
Honduras se ha convertido en un país dependiente de la caridad de los donantes internacionales, las remesas de la diáspora del hondureño, y los caprichos de los intereses geopolíticos internacionales y de los amos que manipulan este ajedrez. Cuando miramos como agachábamos la cabeza frente a los comandos del Sr. Chavez, no hace mas que probar mi argumento.
En vez de tomar la responsabilidad de nuestro destino y reconocer que tan vergonzosa es esta situación, algunos de nuestros políticos tomaron la ruta más fácil y adoptaron la actitud de “entre menos gente tengamos en Honduras, más tortillas tendremos para comer." Este argumento es absurdo y una actitud derrotista. Otros políticos comenzaron a culpar todo el mundo incluyendo a los E.E.U.U., los empresarios, los grupos de poder, las fuerzas neo-conservadores en todos lados, el imperialismo y por supuesto nuestra constitución.
No me interpreten mal, nuestra diáspora es una realidad y necesitamos a corto y medio plazo apoyar a nuestras compatriotas fuera del país en términos de facilitación del proceso de venir, estar y regresar a su lugar de destino “escogido.” De hecho, una de las cosas que necesitamos hacer primero es analizar cuáles son los costos y los beneficios sociales de la diáspora, para después intentar magnificar las ventajas y reducir costos tanto cuanto sea posible.
Sabemos que la diáspora tiene las ventajas inmediatas de las remesas enviadas de regreso a casa. Sin embargo, también sabemos que cuanto más larga sea la estadía de una persona en un país extranjero, menos el dinero que envía después de un cierto plazo. También la probabilidad aumenta que el flujo de dinero se interrumpa, con el paso del tiempo. Por el otro lado, es bien sabido tambien, que hay costos sociales realmente altos para Honduras en términos de fuga de cerebros, las familias rotas, y las comunidades y sus redes sociales estrechas que son destruidas en este proceso. En contraste, nuestros inmigrantes en otros países incluyendo los USA, acumulan conocimientos significativos en términos de capacidad gerencial y tecnológica, y por supuesto acumular recursos financieros.
Como nación que debemos intentar tanto cuanto sea posible el repatriar los cerebros perdidos, concurrentemente atrayendo la inversión de la Diáspora hacia el país. Una posibilidad muy interesante es la creación de los programas donde se establece incentivos con el objeto de motivar científicos y personas de negocios de alto nivel, en este caso hondureños trabajando en el extranjero, y otros recursos humanos valiosos, para repatriarse al país, aunque sea de manera temporal, pero también con la posibilidad de ser a largo plazo o de manera permanente. Estoy pensando en la misma clase de ventajas dadas actualmente a los jubilados de países industrializados para retirarse en Honduras. Podríamos también pensar en la facilitación del proceso de los compatriotas de la Diáspora para que inviertan su dinero bien ganado en Honduras. ¿Piense que esto es un sueño utópico? Bien, he visto programas de esta naturaleza que están siendo implementados en la India, China, Corea del Sur y las Filipinas.
Por supuesto algunas personas sostendrán que esto trabajará solamente si hay un programa ideado e implementado por gente visionaria en el gobierno y otras esferas de la toma de decisión. Estoy de acuerdo hasta un punto, en términos de la necesidad de crear la legislación necesaria para acomodar estos esfuerzos, pero estaría examinando realmente las iniciativas del sector privado y los esfuerzos innovadores de los individuos y a los grupos progresivos en sociedad hondureña para la implementación de esta idea.
Sin embargo, al final del día, nos incumbe a todos nosotros, como hondureños que viven (o vivimos) en país o en el exterior, el presionar para que se haga un cambio verdadero en la forma de hacer bien las cosas y para el desarrollo social y económico que sea equitativo y sostenible. La diáspora puede solamente ser una situación temporal. Un resultado menor es fallar en nuestra misión como país.
No comments:
Post a Comment